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Reformas peligrosas que no deberías hacer por tu cuenta
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Puede que consideres que la reforma que tienes en mente es cuestión de coser y cantar y que en varios días estará acabada, como si no hubiese pasado nada. Sin embargo, en el mundo de las obras hay algunas que tienen una cara B, que parecen una cosa, pero realmente son otra. Se tratan de las reformas más peligrosas, con las que debes tener precaución en realizarlas o intentar hacerlas de otra forma para no sufrir verdaderos calvarios en el intento de renovación de tu vivienda.

Por este motivo, te vamos a ofrecer una lista con las reformas que NO debes hacer porque pueden resultar peligrosas.

Reformas más peligrosas

Entre exclamaciones, con un símbolo de alerta o peligro o con luces de alarma, toma nota de las obras que no debes realizar por tu cuenta:

1. Poner un sistema de calefacción con caldera cuando no hay

No es una reforma fácil. De hecho, es de esas obras que podríamos meter en el saco de las más peligrosas. Por ejemplo, cambiar radiadores eléctricos por radiadores conectados a una caldera supone una gran reforma que implica levantar todo el suelo de la vivienda y hacer las rozas correspondientes en las paredes para llevar a cabo la instalación.

Se puede quedar solo en el suelo si la caldera alimenta a un sistema de suelo radiante. Pero el suelo hay que levantarlo igualmente para instalar todos los conductos por debajo del pavimento visto. Y según el tipo de suelo, si hay más o menos espacio para instalar el sistema, habrá que picar y/o rebajar puertas.

2. Abrir un vano o derribar un tabique

No es un problema en sí si está obra la hacen especialistas, solamente así no se convertirá en una de las reformas más peligrosas. El motivo de esto es que hay que comprobar que el derribo de ese tabique o la abertura de un vano en una pared no se hace en un muro de carga. Hay que estar seguros de que la estructura soporte las cargas, con la variación de la distribución.

Cuando se elimina un tabique fundamental, hay que repartir nuevamente el peso de la estructura, es decir, hay que crear otras vigas que sujeten. Por ello, estas reformas siempre deben hacerlas técnicos competentes y con un proyecto adecuado. Este tipo de obras nos lleva a insistir en la importancia de saber qué profesional necesitas para hacer lo que quieres.

3. Instalar una piscina en una terraza

No puedes instalar una piscina en una terraza sin tener en cuenta que se está sumando una gran cantidad de peso a una estructura “suspendida” en el aire, por ello, hay que saber si está preparada para aguantar la carga. Y por piscina se entiende mini piscina de obra o de las de quita y pon o jacuzzi de exterior.

No obstante, debes comprobar que el sistema de desagüe sea el correcto, es decir, en el caso de que quieras vaciar la piscina, que la cantidad de agua se elimine adecuadamente. Lo mismo ocurriría con un patio si este queda en un piso bajo, sobre una zona de garajes. Para que esta reforma no se convierta en una de las más peligrosas hay que acudir a expertos que comprueben el aguante de la estructura.

4. Crear una estructura de obra en una terraza tipo ático

En esta ocasión, esta obra puede convertirse en una de las más peligrosas por dos razones: la primera, por el tema de los pesos, ya que la estructura que se añada para cerrar la terraza puede aportar demasiado peso y la segunda por los problemas jurídicos que puede conllevar. En las terrazas de este tipo, es posible instalar pérgolas o cerramientos que se denominan “no fijos”. Sin embargo, si quieres crear tabiquería, colocar ventanas y tejado, o poner casetas de madera también debes contar con el permiso de la comunidad de propietarios para evitar problemas.

5. Construcciones protegidas

Debes tener especial cuidado con las casas ubicadas en sitios históricos porque su rehabilitación se puede transformar en una reforma peligrosa por los años que lleva. Tienes que solicitar permisos especiales para intervenir la vivienda debido a que pueden estar protegidas por Patrimonio. Y esas licencias, tienes que documentarlas, solicitarlas y esperar una resolución y una respuesta para avanzar.

Por ello, el consejo que te damos es que antes de comprar cualquier piso de un edificio de cierta antigüedad, verifiques los datos sobre la ITE (Inspección Técnica de Edificios) y los procesos de rehabilitación.

6. Una reforma peligrosa es aquella que no está bien “cerrada”

Esto es aplicable a cualquier obra que vayas a hacer. Para que no sea una reforma de las más peligrosas, todo tiene que quedar reflejado por escrito en un presupuesto detallado por partidas (con la calidad de los materiales escogidos) y con los tiempos de ejecución. En él debe quedar reflejado también quién solicita los permisos. Si estas cosas no quedan por escrito, no tendrás manera de reclamar.

7. Obras llevadas a cabo en lugares de difícil acceso

Cualquier reforma que se vaya a realizar en una casa que queda en un paraje idílico, pero alejado de la civilización puede darte más de un problema y no necesariamente hay que irse tan lejos. Hay viviendas antiguas en las que hay que tener en cuenta si hay ascensor, espacio en la escalera para subir materiales, cómo es la calle en la que se sitúa para que pueda descargar un camión… Detalles que hay que tener en cuenta para asegurar la correcta entrega de materiales y su ejecución.

8. Una reforma solicitada como menor cuando no lo es

Una obra peligrosa es aquella que se solicita en el Ayuntamiento (para obtener el permiso o licencia de obras correspondiente) como menor cuando realmente no lo es. Lo peligroso es la multa que puede tener y que es para el dueño de la vivienda. Es decir, si vas a hacer una obra integral, solicita el permiso adecuado, no uno para reformar el baño.

Cuidado con esos “síntomas” de reforma que no se atienden

Se tratan de grietas y humedades que entrañan un mayor riesgo si no se afrontan.

1. Grietas peligrosas

En este caso no es que la reforma de eliminar las grietas (una apertura que crece de manera incontrolada) que aparecen en una vivienda sea peligroso, sino que lo que conlleva un riesgo es justo todo lo contrario: no hacerlo. Hay fisuras que son el reflejo de problemas estructurales mayores. Existen grandes grietas que no tienen peligro alguno y otras que, aunque sean de menor tamaño, son bastante menos peligrosas.

2. Humedades

Las humedades ocasionan problemas de moho y bacterias en el aire que se respira, además de olores desagradables. Por ello, hay que atajarlas y no sirve solo con pintar por encima, hay que ver de dónde proviene el problema y terminar con el origen. Es como cuando aparece moho en la pared, no basta con pintar. Hay que retirar, raspar y aplicar productos para acabar definitivamente con él y que no salga nuevamente.

En definitiva, todo se puede llevar a cabo, puede costar más o menos, pero lo importante es contar con una empresa con profesionales cualificados e implicados, capaces de resolver los problemas que puedan surgir en el proceso de reforma, sobre todo, en casa antiguas rehabilitadas o cuando quieras recuperar elementos originales de una construcción que quedaron sepultados con el paso del tiempo.

Por ello, si tienes alguna duda o quieres hacer una reforma en tu vivienda, ¡consúltanos! Nosotros estaremos encantados de resolver todas tus preguntas.